ART#18. LIBERTAD DE CULTO Y RELIGIÓN. DECLARACIÓN DE DERECHOS HUMANOS

 

ART. #18

Libertad de culto y religión



Artículo 18: Libertad de religión o de conciencia

El artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) asegura que todos tenemos derecho a nuestras propias creencias, a tener una religión, a no tener ninguna o a cambiarla. En su momento, la DUDH fue muy progresista al afirmar que los creyentes de todas las religiones y quienes tenían creencias seculares deberían poder vivir en paz, siendo sus derechos garantizados por el Estado y sin verse obligados a seguir una religión nacional o patrocinada por dicho Estado.

"La obligación del Estado es garantizar la libertad de religión, y eso implica tratar con todas ellas en pie de igualdad".
–Ex Ministro cubano de Exteriores Ricardo Alarcón

El artículo 18 protege a los creyentes teístas, no teístas y ateos, así como a aquellos que no profesan ninguna religión o creencia. Lo que resulta menos conocido es el papel que jugaron las organizaciones religiosas en el lanzamiento y el mantenimiento del movimiento de derechos humanos. En el sur de Asia, el hinduismo inspiró la larga marcha de Mahatma Gandhi por la liberación de la India. Cristianos protestantes lideraron la lucha para abolir la esclavitud en el Reino Unido y los Estados Unidos en el siglo XIX. Los católicos romanos en Polonia y los luteranos en Alemania oriental estuvieron a la vanguardia de la lucha contra el autoritarismo a finales del siglo XX, y los católicos romanos en América Latina presionaron por la justicia social a través de su "teología de la liberación".

Como señaló el ex Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, "los líderes religiosos, con su considerable influencia en los corazones y las mentes de millones de personas, son, en potencia, actores muy importantes para los derechos humanos".

Sin embargo, con frecuencia se considera que las religiones y los derechos humanos están en conflicto entre sí, con debates en Europa occidental sobre si a las mujeres se les debe permitir usar pañuelos sobre la cabeza. Otro ejemplo son las leyes contra la blasfemia, que se utilizan indebidamente en partes de Asia para resolver los rencores personales. Algunas personas afirman que no sólo hay que tener libertad de religión, sino también estar libre de cualquier religión, especialmente cuando se recurre a ella como justificación de prácticas discriminatorias o incluso perjudiciales contra las mujeres.

Varios órganos de derechos humanos de la ONU han planteado con frecuencia asuntos relacionados con la diversidad religiosa. El Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, por dar sólo un ejemplo, recomendó que Nigeria revocara o enmendara sus leyes discriminatorias e incluyera a líderes religiosos en el proceso de abordar temas de fe y derechos humanos.

Para explorar conexiones que podrían resultar positivas entre las religiones y los derechos humanos, en 2017 la Oficina de Derechos Humanos de la ONU lanzó una iniciativa llamada "Fe por los Derechos" para involucrar a los líderes religiosos en un esfuerzo por construir sociedades en paz que defiendan la dignidad humana y la igualdad, y abarquen la diversidad. La campaña comenzó con un acuerdo pionero, alcanzado en una reunión en Beirut, con 18 compromisos que expresan cómo la “Fe” puede defender más efectivamente los “Derechos” para que los seguidores de ambas tendencias puedan ayudarse, en lugar de oponerse, entre sí.



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